IBEX y ARGALIS DE GOBI, ALTAI y HANGAY en MONGOLIA

Incluso sin ser cazador, la sola pronunciación de Mongolia nos evoca grandes aventuras. El país de horizontes infinitos, de las grandes estepas, de los nómadas… el Imperio de Gengis Khan. Hay pocos países que despierten tanto el instinto de viajero como Mongolia.

Sus impresionantes argalis, el exclusivo íbice del desierto del Gobi, las gacelas de cola blanca, sus manadas de lobos asiáticos, el gran ciervo maral… La fauna de este maravilloso país lo convierten en un destino mítico para el cazador de montaña, para ese personaje amante de las cumbres, de los silencios, de los paisajes infinitos, y de los animales completamente salvajes.  Mongolia ofrece al cazador tres especies de argalis y dos de Ibex, que se encuentran entre los más codiciados por los cazadores. La caza suele realizarse a pié y con el soporte de vehículos todoterreno.

En julio y agosto las temperaturas son suaves incluso calurosas de día. A partir de septiembre en las zonas de Altai es fácil encontrar nieve en las cumbres.

El ibex de Altai se caza en alturas comprendidas entre los 2000 y los 2800 mts, su trofeo es robusto de base y más corto que el del Asia Central. El ibex de Gobi se caza en zonas de menor altitud, máximo 1500 mts, en las estribaciones del famoso desierto. Un buen trofeo de Altai podría estar entre 105 y 110 cms, mientras que las media del íbice de Gobi está entre 95 y 100 cms.

Los tres argalis destacan por las inmensas bases de su trofeo, que nos hacen preguntar cómo son capaces de sostenerse en sus cabezas. La longitud media del Altai, el mayor de los tres, es de unas 55 pulgadas, pudiendo superar las 60”. El de Hangai, que habita las montañas que le dan nombre y que separan el desierto de Gobi de la cordillera de Altai, tiene una media de 50 a 52 pulgadas y el argali de Gobi, el más pequeño de los tres, entre 42 y 45 pulgadas.