Blue Sheep en Nepal. Cacería en las cumbres de la Tierra

“Why climb Mount Everest?”

“because it´s there”

George Mallory- 1923

Los Himalayas, la cordillera más alta de la Tierra… no existe mayor reto para el cazador de montaña… Una vez en la vida quien sueña con Tian Shan, Pamir, Karakorum, el Cáucaso, las Rocosas.. una vez en la vida, debe perderse en el Hilamaya.

 EL Dhaulagiri 1 y 2, casi gemelos, dos ochomiles en uno que serán testigos de nuestras aventuras los próximos días


 

Fue mi amigo Álvaro Mazón, yo creo que el único español que de momento ha repetido esta cacería y que está en trámites de regresar a por su tercer Bharal, quien me dijo una vez que un cazador amante de la montaña no podía de dejar de hacer esta expedición una vez en su vida. Así que a inicios de 2016 empezamos a planificar la que hoy termina, con este reportaje, como una de las más maravillosas cacerías que he podido vivir hasta el momento. Un auténtico viaje a las expediciones del pasado: más de 25 porteadores, diez días a pie, un campamento con comedor, cocina, servicios de mesa, cubertería…todo a más de 4000 mts de altitud y a más de 200 kilómetros de la civilización.

Si  alguien quiere sentirse cercano al cielo……esta es la historia:

Día 1:    Salimos por la tarde: Kazhym desde Almaty, Anthony desde París, Daniel y yo desde Barcelona. Daniel Elies es una de aquellas personas que empezó cazando conmigo como cliente y ahora forma parte de mi reducido círculo de amigos. Kazhym Jumaliyev, es también un gran amigo, propietario de la compañía Pro-hunt en Kazajistán, a quién represento en España. Finalmente Anthony Ovini, guía profesional de caza como yo, y que me acompañará para dar soporte  a uno de mis dos cazadores. Anthony y yo llevamos nuestras inseparables cámaras para poder rodar el video de la cacería. Además mi amigo francés viene para visitar el destino y obtener la representación de la compañía nepalí en Francia a través de su empresa, Ovini Expeditions. Volamos, en nuestro caso, con  Quatar Airways. La combinación es perfecta, con una escala de 2h en Doha, suficiente para el trasbordo de equipajes y no aburrirnos demasiado en el tiempo de conexión. Los trámites de armas son fáciles y no hay ningún sobrecoste para el rifle.

El grupo en la terminal de vuelos domésticos de KTM, a punto de embarcar

Día 2:    Llegamos  a Katmandú a las 10,30 de la mañana. Kazhym ha llegado media hora antes con Fly Dubai, y Anthony llega al cabo de 40 minutos con Turkish. Tras los abrazos de rigor después de varios meses sin vernos, me encargo de las presentaciones: Daniel y Anthony se conocen entre ellos, pero no Kazhym, así que mientras salen las armas y pasamos el control de aduanas van charlando. Yo tengo la suerte de tenerlos entre mis íntimos a todos, y sé que por esta parte el éxito del viaje está garantizado. Amrit, el outfitter nepalí, está allí desde primera hora y se ocupa de manera impecable la recogida de equipajes y los trámites burocráticos.

Sellando el permiso de armas nepalí

La obtención de los permisos de caza y las licencias nos lleva más de cuatro horas: están escritas a mano, en nepalí, y con un diseño vintage que, además de su función burocrática,  serán un bonito recuerdo para los dos cazadores. Finalizado el trámite nos trasladamos a un hotel céntrico en Katmandú, es tiempo de ducharnos y recuperarnos un poco del viaje, pues mañana empieza la verdadera expedición.

Por la noche salimos a cenar al centro de la caótica ciudad: es viernes  y trekkers de todo el mundo, turistas de mochila, hippies en busca de una supuesta espiritualidad, bellezas locales pidiendo diversión (Katmandú tiene un ratio de 4 mujeres por cada 3 hombres),clubes nocturnos, simios y vacas sagradas en los arcenes… todos se juntan para seducirme de nuevo:  Estoy en otra gran ciudad del sur asiático, y mi alma baila robada por el tumulto y el desorden. El olor de perfume barato, de rododendros y eucaliptus,  y la visión de miles de seres humanos de toda clase y condición, juntos y mezclados, llena de nuevo mi corazón: por fin, tras semanas de sufrimiento y de esperanzas rotas que no vienen al caso, estoy de nuevo de viaje.

Katmandú, caótica, sucia, embriagadora. Un lugar donde dejar un trozo de alma.

Día 3:  A las siete de la mañana el todoterreno con Amrit y su chófer nos espera en la puerta del hotel. Dejamos en su oficina todos los objetos que no vayamos a utilizar en la montaña –ropa de viaje, maletas, portátiles…- y nos trasladamos al aeropuerto de nuevo, en este caso a la terminal de vuelos domésticos.  En la oficina de la compañía de helicópteros nos pesan uno por uno, y luego toda la impedimenta. Llevamos  casi 50 kg de sobrepeso con respecto a la tara máxima del helicóptero, así que toca ajustar el equipo. Cabe decir que en condiciones normales el cazador no suele tener problemas de exceso de peso, pero en esta ocasión somos 4 personas, y el helicóptero tiene que superar, en un par de collados, los 5000 mts de altura, por lo que no hay excusas que valgan. Dejamos una de las tres botellas de oxígeno que nos llevábamos por si a alguno le afectaba el mal de altura, comida, fundas rígidas de los rifles…hasta que finalmente nos dan el OK. El helicóptero, un Ecureuil francés de seis plazas, nos transporta hasta la entrada del bloque de Dogadi, en la reserva de caza de Dhorpatan. El vuelo dura 1,5h incluyendo una escala en Pokhara para repostar. Durante el mismo podemos contemplar el Dhaulagiri, uno de los pocos ocho-miles del mundo, que será testigo permanente de nuestra cacería y que nos mostrará su doble cima cada día, recordándonos  lo ínfimos que somos, siempre a merced de los imponentes Himalayas.

El helicóptero aterriza en un pequeño promontorio, a 3000 mts de altitud, y allí nos esperan unos doce nepalíes, de rasgos tibetanos en algunos casos, hindús en otros… risueños y amables todos ellos. Inmediatamente se ponen al trabajo: desde ese momento y hasta el final de la expedición no dejarán que carguemos con un solo quilo de equipaje. Cargan toda nuestra impedimenta en unos cestos fabricados a mano, en bambú, cuyo peso sostienen mediante una cinta que cruza su frente. Calculamos que alguno de nuestros sherpas portaba más de cincuenta quilos en aquellos “baskets”.

Empezamos el primer trekking, que dura aproximadamente unas tres horas. A primera hora de la tarde alcanzamos el pequeño  poblado, o asentamiento, de Dule. Allí hacemos noche, y aprovechamos para visitar a las tres o cuatro familias que viven en él. Están acostumbrados al tráfico de trekkers y cazadores, así que nos invitan a sus modestas casas para tomar “tchai” –el famoso té asiático- mientras nuestro equipo de porteadores instala el campamento: una tienda doble para cada uno, una tienda-comedor, una tienda-cocina, y varias tiendas más que alojarán a todos los miembros de la expedición. En el pueblo nos atiende el segundo grupo de miembros locales de la expedición. En total, entre porteadores, cocineros, sherpas, guías, el guarda  de la reserva  y Amrit, el outfitter, tenemos 28 personas a nuestro servicio.

Daniel y Kazhym prueban los rifles y yo  aprovecho para charlar un rato con Amrit: la previsión es que estemos 9 días de expedición, contando dos para llegar a la zona de caza, cinco para cazar los dos blue sheeps, y dos más para regresar al helipad donde nos recogerá de nuevo el helicóptero. Dule está a 3200 mts de altura, y según el nepalí vamos a alcanzar los 5000 ya que no hay mucha nieve y los animales están muy altos. La temperatura, de momento, es agradable, incluso calurosa a pleno día. Paso mi primera noche de tienda en un duermevela que será habitual los próximos días, producido por la altura y por mi habitual dificultad para conciliar el sueño cuando estoy de fly camp.

El primer campamento al lado del pueblecito de Dule.

Día 4: Tras un desayuno presentado en bandejas y cubertería metálica en la tienda-comedor, nos preparamos para el segundo día de trekking que nos llevará hasta el campamento definitivo de caza. Como he dicho, los porteadores se hacen cargo de todo y no nos es necesario cargar con ningún  peso. Pese a todo, los cuatro llevamos una pequeña mochila con agua, crema solar, alguna barrita energética, los prismáticos y algo de ropa. El tiempo es cambiante y cuando el sol se va, las temperaturas caen en picado. Pese a ello, no bajamos de los cero grados durante estos primeros dos días de “approach”.

Los porteadores se ocupan del transporte de todo el material y el equipo de los cazadores.


Vereda de ascenso al campamento base

Tanto Dani como Kazhym llevan además sus rifles ya que, al estar  probada su puesta a tiro, no quieren correr riesgos. En todo caso, la carga es completamente voluntaria, pues como digo anteriormente, el cazador puede realizar toda la cacería sin cargar con un solo quilo. Este segundo día de trekking nos lleva menos de cinco horas hasta llegar a lo que será nuestra base de operaciones los próximos días, aunque debemos que tener en cuenta que somos en los cuatro casos cazadores de montaña y con una buena forma física… En casos  normales esta caminata -por una vereda fácil, en la que no se requieren ni siquiera unas botas rígidas- debe durar unas 7 horas con una parada en medio para el “lunch”. En nuestro caso la hacemos de tirón.

dos fotos iguales  tomadas en pocas horas de diferencia. Hay que estar siempre preparado para los cambios de tiempo en el Himalaya

Esto nos da la ventaja de poder llegar antes de las 14,00 al lugar elegido para el campamento. Mientras se levantan las tiendas y el personal empieza a preparar la cena –la comida del viaje merece un capítulo aparte- Anthony sale con uno de los guías para ver si localizan algún animal desde la falda del valle. El resto nos dedicamos a desempaquetar nuestro equipaje y a ordenarlo en nuestras respectivas tiendas. Amrit nos explica que esta zona de acampada  se llama Sang Khola (Rio Sang), y que el rio que discurre a nuestra derecha separa los bloques de Seng y Dogadi, donde tenemos las dos licencias de blue sheep. El campamento es amplio y cómodo, situado a la orilla del rio, donde  las tiendas se extienden distribuidas por las zonas más planas. Miro el altímetro, que me marca 3800 mts de altura… Si anoche apenas dormí, esta aún menos. De repente mi nariz se pone alerta, un delicioso olor proviene de la tienda de los cocineros, parece que la cena está lista. Estoy completamente superado por la calidad del servicio…En muchas partes del mundo, con lodges lujosos y servicios de toda clase alrededor, he comido mucho peor que en el campamento de Nepal… quizá, aparte del primer encuentro con los bharales, será la calidad de las comidas, la amabilidad de la gente y el insuperable servicio, lo que más quedará grabado en mi memoria.

el primer grupo de bharales que localizamos, la tarde de nuestra llegada al campamento base.

Anthony regresa con buenas noticias justo cuando nos disponemos a cenar…PIZZA! Una pizza recién hecha, con pasta amasada al momento, champiñones, tomate, cebolla y carne que nada tiene que envidiar a la de un restaurante italiano de cualquier ciudad. Patatas fritas, verduras y rodajas de piña de postre cierran el menú. Mientras devoramos la cena Anthony nos cuenta que han visto un grupo de bharales en el que se encuentra un macho adulto de buen trofeo y dos más de representativos. Están muy altos, pues apenas hay nieve, y acordamos con los guías que uno de los dos cazadores atacará sobre estos mañana a primera hora, mientras el otro saldrá a localizar algún otro grupo.

El ascenso es fatigador, especialmente cuando se superan la barrera de los 4,500 mts


El carnero azul de Dani, un macho de 8 años y 23 pulgadas

La ascensión es pronunciada y rápidamente ganamos altura. Los guías locales mantienen un ritmo lento, conocedores de nuestra falta de adaptación a la altura. Otra de las virtudes de este viaje:  la capacidad de los guías para adaptarse a tu ritmo, y de hacerte fácil lo que a esas alturas debería ser mucho más complicado. Con las primeras luces del día llegamos a una cumbre, el altímetro me marca 4600 mts… el primer día noto muchísimo la falta de oxígeno y cada paso que doy me cuesta igual que dar cien en mi Pirineo. Es solamente sensación de cansancio, pues en ningún momento del viaje ni yo ni ningún otro miembro del grupo sufrimos lo que se llama el mal de altura. Empezamos a barrer con los prismáticos sin éxito, las faldas que tenemos delante están desiertas… seguimos avanzando hasta una meseta en altura, donde se ve muchísimo rastro, pero ningún  animal. De repente, antes de las ocho de la mañana, oímos una detonación. Nos comunicamos por walkie y nos confirman que Daniel ha tirado y abatido su blue sheep… No puedo dejar de sonreírme. Cinco días para alcanzar la zona de caza, y luego dos horas para completar la cacería. Daniel siempre ha tenido “baraka”. Le damos la enhorabuena y nos concentramos en nuestra misión… el día transcurre sin éxito. Podemos ver, a medio día, un grupo de bharales echados con un par de buenos machos, pero nos la juegan en la entrada final. Regresamos al campamento casi de noche, tras 18 kilómetros recorridos y un desnivel positivo de 1300 mts. Lo que se llama un palizón. Abajo nos esperan Daniel y Anthony. Nos cuentan el lance y lo podemos revivir en la cámara del francés, que ha podido filmar de manera impecable.

El carnero de Dani, localizado y filmado por Anthony

El carnero tiene ocho años y da 57 cms de largo, un animal más que representativo. Durante la cena Kazhym, con buen criterio, decide que mañana será día de recuperación. A mi me va de cine, pues estoy exhausto y nos quedan aún seis días por delante. De los dos botellines que traemos para celebrar el posible éxito de cada cazador, nos  “pimplamos” el primero. En altura, con un par de tragos es suficiente: nos acostamos eufóricos, mezcla de la alegría por el bharal de Dani y los efluvios del whisky.

pese al terrible cansancio del primer día de ascensión, una desbordante alegría se dibuja en nuestras caras…nuestro primer carnero azul.

Día 6: recovering day. Pese a no poner el despertador, a las seis ya estoy activo: leo un poco –un libro de bolsillo será un gran compañero de viaje en esta expedición- y espero el desayuno que será presentado por el camarero, como siempre y de forma impecable, en bandeja y cubertería metálica: cereales con leche, huevos revueltos, pan tostado, café y té. Un lujo. Pasamos el día sin movernos del campamento. Por la mañana aprovechamos el sol para lavarnos en el río, hacer la colada y reposar las piernas. Cada tarde nos nieva, pero por la mañana el sol se ocupa de fundirla y el paisaje vuelve a la normalidad: blanco en las umbrías, sin una mancha en las solanas. A mediodía Amrit envía dos guías al fondo del valle para echar un vistazo…me animaría a ir con ellos, pero los nubarrones vuelven a anunciar tormenta, así que me meto en la tienda y sigo con mi lectura. A su regreso, nos dicen que han visto 4 grupos distintos de carneros.

El día de descanso que pasaremos entre las dos salidas de caza será indispensable para recuperar fuerzas. Cada día de caza representa realizar un ascenso positivo de más de 1200 mts


El agua fría ayuda a recuperar la circulación en unas piernas agotadas.

Uno bastante cercano al campamento que, si no fuera por la fuerte nevada que está cayendo, podríamos incluso intentar esa misma tarde… decidimos no jugárnosla y dejarlos para mañana. Cenamos en la tienda-comedor, afuera la nieve cae con fuerza. Mañana nos espera un día duro… muy duro.

Día 7: Diana a las 3,00 para desayunar:  porridge, leche, té y pan tostado con mermelada. Hoy quemaremos, así que pese a la falta de hambre a esas horas, intento darle carburante al cuerpo. Ascendemos en plena noche, Kazhym, Anthony y yo. Daniel se queda en el campamento para no aumentar una comitiva ya demasiado numerosa. Habitualmente nos acompañan tres guías locales por cazador, en esta ocasión somos seis personas. Tras dos horas de marcha llegamos a la falda donde el día anterior estaban tres de los grupos…nada. Kazhym puede ver un pequeño grupo de hembras, pero desde nuestro ángulo no parece que ningún macho las acompañe. Seguimos ascendiendo por una cresta que separa las dos vertientes de la montaña. Hay unos 20 cms de nieve recién caída en el suelo, pero por fortuna y pese a la gran pendiente, el terreno no se nos ofrece peligroso. Alcanzamos rápidamente los 4700 mts y seguimos subiendo. Los dos guías van por delante nuestro y al llegar a un grupo de rocas veo que se detienen y nos hacen señales de precaución: “acercaros lentamente y bien agachados” leo en sus gestos.

el grupo de machos descansando….Foto de Anthony Ovini

Llegamos a su altura y, sin dejar que nos asomemos, me indican que tras las rocas, a unos 500 mts, tenemos cuatro machos y una hembra, uno de ellos de buen trofeo. Nos parapetamos y sacamos las cámaras, Kazhym se sitúa en una piedra plana y prepara su rifle. Finalmente y con mucha cautela asomo y puedo ver a los cuatro animales. Caminan lentamente, a la vez que pastan, andando hacia nuestra dirección… los tenemos a menos de 450 mts. Mi amigo kazajo nos dice que va a tirar. Preparamos las cámaras al tiempo que el busca una posición cómoda de tiro. Los segundos pasan lentos… siempre lo pasan en los momentos previos al desenlace, pero en esta ocasión más: llevamos dos años preparando este viaje. Estamos en la cima del mundo, no se puede cazar más alto. Rozamos los 4960 metros y el grupo de bharales estoy seguro que supera los 5000.

la cacería es físicamente muy dura, pero no son montañas «peligrosas»

Yo sigo el lance con los prismáticos y Anthony se ocupa de la filmación. De repente suena el disparo: alto! Indico el resultado a  Kazhmy: “missed, it was 20 cms up, but perfect directon”… y entonces estalla la guerra: Kazhym repite, y repite, y repite, mientras el viejo bharal, a paso lento, se separa del resto y asciende por las rocas que tenemos delante. Y repite, y repite… Sigo dando instrucciones, “Little bit low, Little bit low”…Anthony intenta seguir la acción con la cámara… hasta que oigo las fatídicas palabras en boca de mi amigo kazajo: “no more ammo!”. El carnero finalmente, dobla la cresta. Se hace el silencio… he contado al menos 9 detonaciones. No puede ser…Kazhym tira bien, y lejos. Mientras los demás discuten, me sereno y hablo con Amrit: “tienes walkie? Llama al campamento, que nos suban balas!”…
Afortunadamente nos podemos comunicar con la base y nos dicen que un sherpa subirá con munición, tardará aún al menos una hora y media, en el mejor de los casos.

Mientras tanto los guías locales nos indican que nos esperemos, que van a ver si localizan el grupo de machos, con la esperanza de que al trasponer no se haya ido muy lejos. Anthony les acompaña mientras nosotros esperamos al sherpa con las balas. Aprovechamos para tomar un par de barritas y algo de líquido. Es muy importante, cazando a estas alturas, la hidratación del cuerpo. Hay que beber periódicamente, aun sin tener sed. Kazhym está a mi lado, abatido, incrédulo…

Amrit, con el Dhaulagiri al fondo, mientras esperamos que nos suban la munición

De repente oímos gritos en la cumbre por donde desaparecieron los bharales. Uno de los guías, con una prenda en la mano, nos hace señales mientras vocea. No es la mejor forma de seguir unos animales ya de por sí recelosos y escamados tras el festival de tiros de Kazhym. Pese a no entender nada interpreto que algo pasa… Amrit me saca de dudas: sangre! El animal está herido. El guía desaparece tras la cumbre, se hace el silencio de nuevo. Un brillo de esperanza luce en los ojos mi amigo, un “y si…” en mi pensamiento. Finalmente oigo unos gritos en francés: veo a Anthony en la cumbre: “montez avec la carabine et une balle, le bharal est blésée  et il faut l´achever” (subid con el rifle y una bala, el animal está malherido y hay que rematarlo)… Lo tenemos.
Gritamos! Kazhym, normalmente frío como buen kazajo,  me da un profundo abrazo de oso. Yo no lo veo todavía claro… no tenemos las balas. Cuán herido está el animal? Lo hemos entendido bien?
Con los prismáticos sigo las evoluciones del pobre sherpa que asciende con la caja de munición. Calculo que aún le quedan, incluso a su increíble paso, más de 30 minutos para llegar. Le decimos a Amrit que nos adelantamos, no podemos esperar más. Subimos poco a poco hasta alcanzar  la cumbre por donde han desaparecido Anthony y los guías locales…no es momento para mirar el altímetro, pero posteriormente ambos Garmin Fénix nos confirmarán que hemos superado los 5000 metros de altura.
Coronamos, y no vemos nada… prismáticos. Kazhym los descubre antes que yo: “allí!” No nos hará falta la bala: Anthony está al final del valle, sentado con los dos guías, sacando fotos, y el carnero a sus pies. El animal, herido, ha recorrido más de un quilómetro antes de desplomarse… lleva dos impactos. Una vez en el campamento, y tras observar los disparos en la cámara, nos damos cuenta de que el primer y el tercero han sido certeros. Por eso el paso lento, por eso se separó del grupo. Los demás tiros, a más de 600 mts de distancia, eran loterías.

Anthony regresa con el bharal de Kazhym, la alegría es indescriptible

Ahora si, nos abrazamos y gritamos como locos. El animal que vive más alto de la Tierra, el cáliz dorado de los cazadores de montaña… el sueño se hace vivo. Fotos, risas, sherpas, una amistad más grande que los Himalayas que nos contemplan,  vida… y muerte. Pienso en Padre, que hace ya cinco años subió mucho más alto de esos 5000 mts, y sonrío. Aquí arriba lo siento más cerca, más próximo, y le repito las palabras de siempre: “jamás lo habríamos imaginado eh? Tan alto, tan lejos…tan fuerte”.

el carnero de Kazhym, un viejo macho de 11 años, dará 21 pulgadas.

El Dhaulagiri empieza a ocultarse tras las nubes, como cada mediodía, y los copos empiezan a caer con fuerza antes de que podamos terminar de prepararnos  y cargar el trofeo, que será bajado entero para aprovechar toda la carne. La intensa nevada no me molesta, descendemos lentamente, orgullosos, con esa paz en el alma de quien –tras sufrir muchos imprevistos- ha llegado a su destino, ha superado el desafío.
La noche será larga, aunque solamente el botellín restante del brebaje de Kazhym amenizará la conversación. No es necesario, ebrios de alegría y con un oxígeno más bien escaso, no nos hará falta el alcohol para alcanzar un cierto grado de euforia.

eufóricos, con el bloque de caza al fondo… hasta allí subimos andando.

Días 8 y 9: Dos días más tarde, al mediodía, el helicóptero aterriza en el helipad de Dogadi. El cielo medio nublado no me deja despedir del Dhaulagiri…pero lo intuyo allí, permanentemente blanco, con sus dos puntas gemelas, esperando a otros que lo desafíen.

Dos horas más y el hotel de  Katmandú… vuelve a ser viernes:  una ducha caliente, un tikka chicken, dos cervezas heladas, hippies, iluminados, monos en los postes eléctricos, vacas en las calles y bellezas locales buscando diversión…todo a hacer puñetas. En Quatar nos dan la opción de cambiar el vuelo por esta misma noche o esperarnos cuatro días en la capital. Coitus interruptus. Habitación de día, ducha rápida, no hay tikka chicken en el bar del hotel. Monos en el trayecto, los claxon a mil, la vida fluye en Katmandú como en todas las urbes asiáticas: con ese orden caótico que seduce al viajero,… la próxima vez, en Kanchenjunga quizás, cazaré mi blue sheep, ese que me fue negado en esta ocasión. Y quien sabe… igual se ilumina, esta vez si, la noche de Katmandú.

Una foto de mi forzado efímero paso por Katmandú

Al subir al avión me sonrío… hace apenas siete horas estaba en el campamento base de Dule, y mañana por la mañana estaré en casa. Pienso en lo mal que empezó todo, la tercera licencia de blue sheep que no pudimos conseguir, el sacrificio de quedarme sin ella… y luego percibo lo intensamente que he vivido, tanto que apenas recuerdo ya que ni siquiera  me he llevado el rifle…

“No es más quien más alto llega

sino aquel que, influenciado por la belleza que lo envuelve,

más intensamente siente”

Maurice Herzog.

Katmandú-Girona, Abril de 2017

EL EQUIPO:

en mi mochila KUIU Icon Pro 5200 entró todo el equipo necesario para esta expedición.

Es una cacería donde no está especialmente limitado nuestro peso, ya que los sherpas se encargarán del transporte de nuestro equipo y del campamento itinerante. Pero es obligación en el cazador de montaña marchar ligero, evitando todo peso innecesario y reduciendo al máximo el del equipo imprescindible que va a usar. Esta es la lista de mi equipaje, y de lo útil que me fue cada elemento, valorados del 1 al 3. En mi caso iba de organizador y guía, así que no llevé rifle. Un calibre 7mm es más que suficiente, buscando buena rasante y una punta que trabaje bien a partir de los 200 mts (BST, Norma Ecostrike, Barnes TTSX, Hornada SST, …) Raramente tiraremos por debajo de esta distancia.

REFERENCIA CANTIDAD UTILIDAD COMENTARIO PESO
TRANSPORTE
Bolsa de viaje North Face impermeable 1 3 ideal para transporte aereo
Mochila Kuiu Icon Pro 5200 1 3 Suficiente para transportar todo mi equipo durante la expedición
Mochila pequeña Decathlon, 10 lts 1 2 Para los treckings de hasta la zona de caza y llevar las cámaras
Muda de viaje (pantalón, camisa, calzado 1 3 Se deja en Kathmandú a cargo del outfitter, no se sube al campamento
PESO TOTAL MATERIAL TRANSPORTE 8,085
ROPA y CALZADO
Pantalon KUIU  Attack 1 3 ideal para los trecking hasta la zona de caza
Pantalon KUIU Guide 1 3 ideal para los dias de caza
Pantalon interior KUIU Ultra Merino 130 1 3 en días frios y para dormir en el saco
Pantalon KUIU Quick Down de plumas 1 2 Confort en el campamento, no util para caza
Camiseta KUIU Ultra Merino 125 SS 2 3 perfecta como primera capa.
Camiseta KUIU Ultra Merino 145 LS 2 3 Segunda capa, encima de la manga corta.
Camiseta KUIU Ultra Merino 210 Hoodie 1 0 No llegué a usarla
Chaqueta ligera KUIU Peloton 240 Hoodie 1 1 Solo usada en el campamento y para el trekking inicial
Chaqueta KUIU Quick Down de plumas 1 2 Para los momentos de descanso durante la caza calor rápido al cuerpo
Chaleco KUIU quick Down de plumas 1 2 Bastante uso en los ascensos de madrugada.
Chaqueta Guide Jacket 1 3 Mi chaqueta d referencia, uso general para la caza.
KUIU Chugach  rain jacket 1 1 apenas la usé, solo en un descenso que nevaba
KUIU Chugach  rain pant 1 1 apenas la usé, solo en un descenso que nevaba
Chaqueta y pantalón Kriptek white camo 1 0 No llegué a usarlo
Sombrero KUIU boonie 1 3 Muy útil para evitar el sol en el cuello
Gorra 1 3 uso general
gorro KUIU Beanie 1 3 Muy útil para las mañanas frías y para el campamento de noche
Guantes KUIU super down glassing mit 1 2 Para momentos de descanso en la montaña, calor inmediato en las manos
Guantes KUIU Yukon Pro 1 3 Uso permanente y generalizado
Caletines Lorpen liner thermolite 3 3 ideales para el trekking cuando hace calor, y como segundo calcetin de base
Calcetines Lorpen Heavy trekker 3 3 Para los días de caza.
Boxer SAXX Quest 2,0 2 3 comodo, ligero y secado ultra-rapido
Botas la Sportiva Trango TRK Evo 1 3 Ideal para el trekking, cómodas y ligeras.
Botas Scarpa Triolet Pro 1 3 Para los días de caza, aislamiento suficiente y suela semi-rígida
Polainas KUIU 1 1 Apenas las usé, la nieve no superaba los 15 cms, pero deben llevarse
Descansos North Face en plumas 1 1 no son impermeables y se mojan, poco útiles en el campamento, mejor crocks
PESO TOTAL ROPA Y CALZADO 10,1
ACCESORIOS
Saco dormir Warmth Unlimited -15ºc 1 3 Confortable, no excesivamente pesado y asequible
Colchoneta Ther-a-rest Neoair X Lite 1 2 ideal peso pero le falta algo de confort e aislamiento. En todo caso suficiente
Almohada inchable Sea-To-Summit 1 3 lo más ligero del mercado
Gafas de sol Adidas Tycane Outdoor 1 3 Con goma y semi mascarilla, ideales para nieve como para dias soleados
Prismáticos con medidor 10×42 1 3 Indispensables
Cuchillo Opinel 1 3 Ligero, simple, suficiente para uso en campamento y caza. Los guías ya tienen skinner
Spotting scope Swarovski 20-60×65 1 1 Con los prismáticos es suficiente si no buscamos un animal trofeo
Camara video Panasonic 1 3 Solamente para los amantes de realizar un video de la cacería, no necesario
Trípode Vanguard Alta 1 3 dos zapatas, puede calzar la cámara de video y el spotting indistintamente
Iphone 7 1 3 Ideal sustituto de la cámara de fotos
Cargador solar 1 3 Indispensable para cargar la electrónica (camara, telf. Satélite, frontales)
Power bank de 18,000 Mh 1 3 Indispensable para tener recarga si no hay sol.
Teléfono satélite IRIDIUM 1 3 Indispensable para estar comunicado y en caso de emergencias.
Necessaire 1 3 Pasta dientes, cepillo, un poco de jabón/champú, toallitas y desodorante, no se necesita más
Toalla ligera de secado rápido 1 2 Para los pocos momentos de aseo.
Crampones Petzl  Irvis 1 1 Excesivo, con un crampón de Trekking tipo Kathoola es suficiente
Baston Black Diamond Whippet c/ piolet 1 3 Resistente, muy útil para soporte en pendientes muy pronunciadas
Saquitos calentadores Aptonia Decathlon 10 1 Innecesarios si tenemos los guantes de plumas. Solo en noches frias para dentro saco dormir
Botellas de oxígeno de 4l ultraligeras 2 0 No se necesitaron, pero se deben llevar en caso de sufrir mal de altura
Frontal Petz recargable 2 3 Indispensable para ascenso de noche y en el campamento
 rollo cinta americana 1 0 No lo use, pero es un básico
10 mts de cuerda de escalada 1 0  no lo use, pero es un básico
Crema solar  y lapiz labial 2 3 Indispensables, el sol es muy agresivo a esas alturas
Crema hidratante 1 3 Indispensable para después de cazar
Barritas y glucosas energéticas 15 2 Para recuperar algo de energia cuando se caza, pero la comida en el campamento es abundante
PESO TOTAL ACCESORIOS 9,5
BOTIQUIN
Tirita 1 box 2 Ampollas, cortes, protección de pequeñas quemaduras
Compeed 1 box 3 Ampollas en los pies, quemaduras, rozaduras
Aspirina 1 box 1 Malestar, mejorar circulación de la sangre en altura
Edemox 250 1 box 3 Prevención de edemas debido a la altura. Consultar médico pero imprescindible
Ibuprofeno 1 box 2 Antiinflamatorio
Antihistamínico 1 box 3 Inductor del sueño, pues en altura cuesta dormir.
Paracetamol 1 box 1 Analgésico para dolor, o resfriado
Fortasec 1 box 0 Antidiarréico, no lo usamos pero indispensable en cualquier botiquín
Omeprazol 1 box 2 Protector de estomago, en caso de tener que tomar otros medicamentos o comidas fuertes
Suero Oral 5 sobres 0 No lo usamos, pero indispensable para la rehidratación en caso de diarreas
Pastillas potabilizadoras 1 pax 2 Suelen hervir toda el agua en el campamento, pero en caso de emergencia es útil para añadir al agua
Isostar en pastillas 1 tubo 3 Indispensable para mineralizar el agua de rio durante las jornadas de caza
PESO TOTAL BOTIQUIN 0,9
         
         
      PESO TOTAL EQUIPO 28,585